Por Sara Moreno
Buenos días. Nuestra verde cabecera de La Calle Ancha hoy se
tiñe de rosa, o de azulgrana, para la presentación del acontecimiento social,
del corazón, incluso con tintes musicales y deportivos, del año. Shakira y
Piqué ya le han visto la cara a su retoño. Las bromas están servidas con este
nacimiento, más bien con el nombre del pequeño, pero ya me encargaré de
apuntarlas todas más abajo, que primero quiero hablar de otra cosa que ayer
casi me quita el sueño.
Hablamos de La Voz: ese talent show con apuntes de reality,
en el que uno no sabía si los protagonistas eran los anónimos que cantaban o
los famosos que cantaban y además les daban sabios consejos a sus pupilos, los anónimos.
Antes de comentar nada, quiero levantar un pañuelo blanco en
señal de paz. Sí, señores, yo veía La Voz todos los miércoles y era de esas
'frikis' que tenía el móvil en la mano y utilizaba twitter para saber qué se
decía en el mundo del programa, porque tantos comentarios favorables de Tania
Llasera y ninguno que pusiera los puntos sobre las ies no era normal, que
hablaba de twitter y ya sabemos que la concentración de lenguas viperinas en
esta red social es para tenerla en cuenta. Pero por muy seguidora de La Voz que
fuera o mucho que me gustaran los debates sociales que se generaban en la red
del pajarito azul, el programa tenía tela. No hago una revelación que nadie
sepa si comento los excesivos espacios pulicitarios, con suerte podías ver una
canción entera entre anuncio y anuncio, o pongo en duda si sacaron más provecho
de ese programa los ‘triunfitos’, que diga… Talents, o sus ‘coches’, como se
autonombraba el señor Bisbal.
Los coaches, que no ‘coches’, sacaron buena tajada de este
programa, bien que hicieron por otro lado; y cada uno de ellos supo explotar
la parte que más le interesaba: Bisbal se hizo un lavado de cara que ni
él mismo sabía que conseguiría, Malú encendió a los quinceañeros con sus caras
y comentarios durante toda la primera edición, Rosario hizo lo que pudo y
Melendi también supo cambiar muchas opiniones y ganarse a buena parte del
público, que ni entendía su música ni compartían muchas de sus cosas, lo de
menos, los tatuajes. Y de este señor vengo a hablar: de Melendi.
Él ha sido el primero que se ha bajado del carro para la
segunda edición del programa. Ya ha declarado, para una importante agencia de
comunicación, que deja La Voz porque ya no es lo mismo que era… Vamos, que de
un proyecto que era al principio, ya se ha convertido en una realidad y agota
mucho; como pasa con todos los proyectos que se empiezan, que con suerte terminan
siendo realidades, añado yo. El caso es que el hombre el año próximo se
quiere ir a 'hacer las américas', como los toreros, y retomar su carrera musical
con el favor del público. Para mí, fue uno de los mejores asesores del programa
y quizá sí que se quitó parte de la imagen que había venido arrastrando durante
tanto tiempo… Y ya que me ha salido esto bien, vamos a sacarle más tajada, que
habrá pensado. Aún así, creo yo que no es el único coach que cambiará, porque
Rosario también hace aguas y Bisbal se lo piensa. La única que se mantendrá
será Malú, quizá, y es que la concentración de 'pivonazos' jovencitos por metro
cuadrado lo merece…
En cuanto al nombre que suena para sustituir al primer caído
en guerra, Melendi, ha sido Pablo Alborán. Y es que participar en La Voz, por
lo menos sabiendo lo que se sabe de ella, es garantía de que limpiarás la
imagen y saldrás reforzado; esto no es como participar en Eurovisión, que
muchas veces corres más riesgo a salir mal parado, que bien. Pero, ¿necesita
Alborán limpiar alguna imagen? Seguro que el chaval sabe explotarlo y sacarle
algo bueno, aunque sea grabar un disco de duetos aprovechando la coyuntura o
uno con los talents de tu equipo, como Malú y Rosarillo, respectivamente.
Dará para mucho la preparación de la segunda edición, casi
tanto o más como el mismo programa, seguro.
Y claro, no podemos cerrar este post sin hablar de Milan
Piqué Mebarak, el primogénito de Gerard Piqué y Shakira Mebarak. Un dulce bebé,
seguro, chiquitito, no llegó a los tres kilos, y más programado que ir a comprar
a un supermercado; nació ayer, día 22, para juntar la fecha de nacimiento de
ambos padres, el 2 de febrero, y que todo fuera más romántico, perfecto y
redondo. Engordo con tanta azúcar. Los papás, además, eligieron ese nombre por
todos los significados que tiene, y que ellos mismos explicaron en el
comunicado de prensa que mandaron tras el nacimiento, aunque las malas lenguas
ven la sombra de los Beckham planear sobre Milan, por eso de los nombres
haciendo referencia a ciudades de concepción, nacimiento y demás momentos
importantes para la pareja…
El caso es que las redes sociales también hablaron de este
tema, claro, y del nombre del pequeño, y empezaron a bromear con la crueldad de
los niños cuando van al cole: “-¿Cómo te llamas?, -Milan…”; esa conversación
no puede terminar bien con pequeños mostruitos que buscan cualquier debilidad
para hacer sangre del contrario.
Señores, cada cuál que saque sus propias conclusiones.
Lástima de criatura éste Mílan, no sólo tiene que apechugar con el nombrecito para el resto de sus días sino que además su padre ya lo ha hecho socio del barça,,,,¡qué cruz!!!! ¿qué ha hecho éste niño para recibir tal castigo???.
ResponderEliminarBueno y lo peor es que a partir de ahora ¿cómo va a saber Piqué si está llorando el niño o está cantando la madre???
Ainsss que dura es la vida!!!