De niña a mujer, como la canción de Julio Iglesias (NOTICIAS)

Nuevamente se abre la polémica de los embarazos precoces, las niñas-mamá, la preparación ante el sexo, medidas anticonceptivas, abusos sexuales y todos los temas, no alejados de polémica e interés, que se destapan como una caja de truenos cuando ocurre algún caso como el de esta semana en Jerez.

Resumiendo muy sucintamente los pocos datos que se conocen, sabemos que la niña-mamá tiene tan sólo 10 años, que digo yo, si la mamá tiene 10 años y el embarazo es de 9 meses, se tuvo que quedar embarazada con 9 años o recién cumplidos los 10, ¿no?; que el niño-papá también es menor de edad, y aquí no quería saber si era otro niño o si ya es un chico, porque si estamos ante un chaval de 16 o 17 años, esos ya saben lo que son los preservativos, ¿no?; aunque finalmente se ha conocido que tiene 13 años, ¿respiramos aliviados entonces?; que la criatura está bien de salud o así lo estaba hasta que le dieron de alta del hospital de Jerez; y que los abuelos de la criatura, o padres de la niña, estuvieron tranquilos durante todo el parto y contentos, ¡claro, que mi niña tiene un bebé!, pienso yo irónicamente.

Fotograma de la video-noticia publicada en la web de El Mundo

El debate, alejado de la familia, porque parece que para ellos es normal, natural, lógico, agradable y consentido; tiene consternada a toda la sociedad, no sólo andaluza, que se "echa las manos a la cabeza" cuando escucha un nuevo dato, las estadísticas de otros casos o las suposiciones que se están realizando.

Ahora es el momento de buscar culpables o responsables. Ante esto, la familia no "se la echa" al chico ni a la niña, ya no sé si decir hija porque hay otra más pequeña, esta última se llama Nicoleta; porque los "es normal entre nosotros, los gitanos; esto es una alegría, no un drama; a esa edad nos casamos en Rumanía", declaraba Olimpia, abuela de la criatura para el diario El Mundo. La alcaldesa de Lebrija (Sevilla) María José Fernández, ha asegurado que la familia no deja que la administración intervenga para conocer el estado de todos los niños; la Junta de Andalucía se pone seria y realizará un seguimiento pormenorizado de la familia para garantizar las condiciones de todos los que en ella se encuentran; María Luisa Cava de Llano, Defensora del pueblo en funciones, se muestra sobrecogida por la circunstancia; y Daniel Valpuesta, fiscal coordinador de Protección de Menores de Sevilla, se hará cargo del caso personalmente, ya que la Fiscalía de Sevilla es competente porque Elena, la niña-mamá, vive allí.

Esta es la parte objetiva del asunto. A partir de aquí surgen las dudas en la sociedad de si hay agresión sexual, si no la hay; si la niña tiene aspecto de mujer y no pasa nada porque está desarrollada o hay que intervenir porque en el fondo tiene 10 años; si es un problema de educación sexual o entramos en aspectos culturales y sociales. Todos y cada uno de los puntos, bien argumentados, tienen su defensa y defensores a ultranza.

Embarazo de una menor

A posteriori, en este caso es sencillo baremar la situación: si la niña está sana, el embarazo era consentido, vino a España a dar a luz, los abuelos lo ven "tan normal", la criatura ha nacido bien, el padre se desentiende pero está justificado y todo es tan natural para los implicados, ¿qué vamos a decir el resto?, comulgamos con ruedas de molino si hace falta y ya está; pero, ¿qué pasa con el resto de casos? No podemos olvidarnos que existen cifras, para mi escalofriantes con esas edades, que registran 177 embarazos de menores de 15 años, 539 partos de adolescentes de 15 años, 1333 de 16 años y 2536 jóvenes de 17; según datos extraídos del Instituto Nacional de Estadística del año 2008.

¿No podríamos intuir un posible fallo en la educación sexual que se recibe? Quizá el problema estuvo en la ya olvidada Compañeros, en el actual Física o Química, en Gran Hermano y su afamado "edredoning" o en lo sexual que son las últimas campañas publicitarias que venden zapatillas para mujeres espectaculares, ¿vieron la de Reebok? 

Es cierto que nadie vamos a ir poniendo gomitas por los parques a las parejas de adolescentes que creamos que están "haciendo algo"; es cierto que se dan charlas en institutos, colegios, iglesias, centros comerciales, televisión, parques, bancos de los parques, avenidas y patios de vecinos; pero, ¿no está ocurriendo algo? No puedo justificar los 177 embarazos del 2008 de menores de 15 años, aunque quizá no sabían lo que hacían, pero, ¿pasamos por alto los de 15 o 16?