miércoles, 27 de octubre de 2010

El arte es inseparable en cualquiera de sus vertientes (TAUROMAQUIA)

El arte de la tauromaquia está inevitablemente unido al resto de representaciones artísticas. Comenzando por la pintura ya en la prehistoria en las cuevas de Altamira, continuando por la literatura, la fotografía, la música, la danza, ect...

Hoy se pretende hacer llegar parte de esta convergencia a través de dos hechos: en primer lugar el fomento del arte de la tauromaquia a través de un concurso fotográfico; y por último, y no por ello menos importante, rendir un sucinto pero merecido homenaje a la figura de Miguel Hernández en el mes del centenario de su nacimiento.

Merecido galardón

Esta preciosa fotografía ha sido la ganadora del I Concurso de Fotografía Taurina para aficionados, convocado por Taurodelta (empresa gestora de la plaza de toros de Madrid). El galardón ha recaído en D. José Enrique Ramos, premiado nada más y nada menos que con 1.500€.

Foto premiada de D. José Enrique Ramos

Al concurso se han presentado un total de 150 aficionados con casi 400 fotografías, que el jurado de Taurodelta compuesto por miembros del Departamento de Comunicación falló ayer en este original, que fue publicado en el programa de mano de Las Ventas del pasado 12 de octubre, (quizás por coincidir con su día, la Virgen del Pilar le echó una mano)

Centenario 2010
En otro orden cosas y sin dejar de lado la convergencia de las artes, en un principio tan dispares, y por otro tan entrelazadas, sólo faltan unos días para que se cumpla el centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Será el 30 de octubre, y claro, no se puede pasar por alto su gran aportación al arte de la tauromaquia.

Retrato del escritor
Si bien, su relación de amistad con José María Cossio le supuso mucho. Por una parte como a Cossío se le relacionó con el bando nacionalista, esto le sirvió para lograr que a Miguel Hernández se le conmutase la pena de muerte por la cadena perpetua; y de otro lado le supuso un enriquecimiento léxico, junto con los conocimientos artísticos que le aportaron los artistas de la Escuela de Vallecas, lo cual fomentó su imaginería taurina que, más tarde, reflejaría en los poemas de El rayo de que cesa.

Miguel Hernández trató mucho el tema de la tauromaquia, relacionando al toro con la pasión, con el amor y el despecho. En ocasiones él mismo se vio como minotauro en algún soneto.

Quiero terminar hoy esta actualización de relaciones entre distintos artes entrelazados (fotografía, tauromaquia, literatura) compartiendo con nuestros lectores el maravilloso poema Como el toro he nacido para el luto, extraído de la hermosa obra de Miguel Hernández El rayo que no cesa.

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.
Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.
Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.
Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.

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