jueves, 28 de octubre de 2010

Manzanares salió a hombros en una plaza difícil (ACTUALIDAD)

Hoy, hablaremos de televisión.

Y podríamos hacerlo de la encarnizada lucha entre romanos y asturianos, guerreros y realeza, antena 3 y telecinco. Podríamos criticar una serie y otra, compararlas e ironizar con la adaptación de la Casa Real o comentar como Hispania mezcla diálogos actuales con otros propios de eras pasadas. Pero no. Como soy yo quien escribo, y quien ha decido hablar de tele, me centraré en la entrevista del incombustible Boris Izaguirre a Jose María Manzanares en el nuevo formato de entrevistas de TVE, protagonizado más por Boris que por sus invitados, "Humanos y Divinos".

Lo primero, no sé si reconocer la labor de Boris Izaguirre, o no. No sé si tengo que nombrarme como detractora suya o alabar el paso de los años y la mecha que demuestra en cada programa. No sé si necesitaría justificar más su presencia en la pequeña pantalla o todavía queda en el recuerdo sus calcetines de colores en "Crónicas Marcianas" y los semidesnudos con los que nos "deleitaba" en cuanto podía. Lo que tengo claro, es que las entrevistas se preparan.


Captura de la entrevista a José María Manzanares

Los lunes en TVE, despues de la adaptación a la española de "Las Chicas de Oro", se ha lanzado un nuevo latenight muy moderno y fashion en el que "humanos y divinos" se sientan delante de otro "humano y divino" y hablan de sus cosas: que si la barba solo te sale por ahí..., que si ya me explicarás como se corre elegante...; es decir, conversaciones propias de "humanos y divinos", ¿a que ahora se entiende mucho más el sentido del nombre del programa?

El caso es que este lunes, el elegante (no lo digo yo, sino una conocida revista de moda masculina) torero Jose María Manzanares se esperó a puerta gayola a que el conductor y presentador le lanzara una batería de preguntas dignas de los típicos programas de navidad de niños: preguntas sencillas, insospechadas y planas. Y aquí viene el auténtico sentido a esta actualización: a mi, en cuarto de carrera, me explicaron las bases de una entrevista; y no digo buena entrevista, digo simplemente entrevista, porque el que sean buenas o malas ya depende del interlocutor, la destreza en las preguntas y la manera de desenvolverte. Pero las nociones básicas de una entrevista te las presentan con un manual delante: llegas a clase, te sientas, se pone delante de ti un tio al que quizá no le prestas atención, pero él te está dando todas las pautas a seguir para poder entrevistar a alguien muy dignamente. Pues esas pautas son las que dudo que siguiera Boris en su entrevista. Y alabo su naturalidad y descarto en ciertas ocasiones, de veras que las alabo, pero creo que no puede hablar de "lanzas" en vez de espadas, comparar el toreo con el tabaco, o preguntar por la depilación de los toreros.

Manzanares, con una sonrisa estoica, contestó a todas las preguntas como buenamente pudo. Utilizó más de un muletazo para ayudar a su entrevistador en sus básicos, o inexistentes, conocimientos sobre la materia; y explicó la esencia del toreo cuando y como consideró oportuno. Digamos, que amoldaba a su interés las planas preguntas de Boris; que más que intentar acercar al pueblo a este "humano y divino" torero, parecía que intentaba ridiculizarlo con preguntas que no tenían demasiado sentido.

Cito literalmente para intentar justificarme algo:
- "Pareces más el Cardenal Richelieu en vez de un torero. ¿Eres el primer torero con perilla?"
- "¿Te lo hiciste con la lanza (su lesión de tendones de la mano), con la espada que corta?; porque teneis una espada que corta y otra que no corta, ¿verdad?"
- "Cuándo él te está haciendo eso (refiriéndose al momento en el que su padre, Jose María Manzanares, se corta la coleta y le pide que sea su hijo el que lo haga), él también te está diciendo que es tu destino; alguién también te cortará la coleta". A lo que no diré que pensé yo porque es demasiado burdo y soez.

Resalto éstas, por ejemplo, entre 6 o 7 lindezas que tengo apintadas, como diría mi hermano.

Pues eso, que a mi me enseñaron a prepararme una entrevista; y ni hablo de "lanzas" a toreros, ni pregunto por depilaciones o suelto verdades como templos. Son 18 minutos sin desperdicio.

Manzanares toreó en una de sus más difíciles plazas: Boris es mucho Boris.

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